Vibrante y con fuerza
En esta obra, el color fucsia irrumpe con fuerza, como una emoción que no busca contenerse. Su intensidad contrasta con la textura áspera que corona la superficie, donde la materia cobra volumen y la luz se quiebra en sombras mínimas. La composición no persigue la simetría ni la perfección: se deja llevar por lo orgánico, por lo que emerge de manera casi accidental.



