Un recorrido desde la materia hasta el alma
Juan Sierra (Algeciras, 1985) es un artista visual contemporáneo cuya obra se fundamenta en el gesto, la materia y el tiempo. Su práctica se aleja de lo narrativo para explorar el silencio, lo táctil y lo esencial. A través de procesos intuitivos y materiales crudos, crea piezas que invitan a la contemplación.
Lo que me trajo hasta aquí
Lo imperfecto como forma de verdad
Juan Sierra (Algeciras, 1985) es un artista visual cuya obra se arraiga en la contemplación de lo esencial. Su práctica se construye en torno al gesto, la materia y el tiempo como herramientas para revelar lo invisible: lo que no se explica, pero se siente. Elige alejarse de toda narrativa explícita para habitar un espacio donde el arte no cuenta, sino que está.
Después de más de una década de exploración plástica —entre el expresionismo, la figuración y la abstracción— su lenguaje ha madurado hacia lo silencioso, lo intuitivo y lo espiritual. Influenciado por artistas como Antoni Tàpies, Park Seo-Bo o Mark Rothko, Sierra crea desde el respeto al proceso, la imperfección y lo que aflora naturalmente. Su obra no persigue el impacto, sino la presencia.
Trabaja con materiales humildes y orgánicos —yeso, óxidos, tejidos, pigmentos crudos y alambre— dando forma a piezas que invitan a la pausa y a la percepción atenta. El tiempo, la erosión y la huella son parte activa de su creación.
Además de exposiciones individuales y colectivas, ha participado en proyectos públicos, colaboraciones culturales y actividades educativas. Sus obras han estado presentes en espacios de Algeciras, Estepona, Sotogrande y otras ciudades, y ha sido invitado a encuentros internacionales como el Festival Paco de Lucía. Ha trabajado también en el ámbito taurino, el arte urbano y la escultura monumental, siempre desde una sensibilidad que valora lo imperfecto, lo transitorio y lo esencial.
Una práctica artística arraigada en lo esencial
Una búsqueda íntima y material, donde el gesto, el tiempo y el proceso son protagonistas. Su práctica se aleja de lo figurativo para explorar lo esencial: lo que no se dice, pero se percibe. Con una sensibilidad cercana a lo espiritual, crea piezas que invitan a detenerse y contemplar.
